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Diseño de vestuario - Felype de Lima

Desde niños nos gustaba jugar a las muñecas. Pensar que con una sola muñeca tenías muchas a la vez… ¡era un tesoro!. Al cambiar de traje y de peinado, aparecían distintos personajes en uno. Todos nosotros hemos crecido con los retazos de las pequeñas cosas, todo vale y nada se tira, donde un trozo de papel servía para diseñar tus recortables a medida, pintados y coloreados a tu gusto. Esas medias piezas recortadas son los maniquíes disconformes de nuestra obra, muñecos que juegan a ser por un instante otras personas. Hacen trampas, saltándose las reglas del juego con apósitos de quita y pon, crecen a pasos agigantados; unos con ropas pequeñas y otros se las pisan y desaparecen entre ellas. Sus grandes bastidores presentan la colección de diferentes muñecos olvidados en el escaparate de la vida: la ven pasar a giro de carrusel y corren tras ella a medio vestir. Juegan a ser mayores, humanos… y sobre todo, juegan a ser quien no son o la mitad de lo que fueron, con cosas que encontraron por el camino, cosas prestadas, cosas empeñadas o pasadas de tiempo, cosas robadas que ni tan siquiera les pertenecían.

Regina Ferrando